Los orígenes de la migración rusa a Baja California |
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José Luis González López* Bertha Paredes Acevedo**
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El presente trabajo sobre la migración rusa a Baja California pretende situar al lector en una de las etapas de la historia regional a principios del siglo xx, cuando un grupo de migrantes rusos se asentó en los márgenes del arroyo de Guadalupe, en el valle del mismo nombre, en el actual municipio de Ensenada. Los líderes de este grupo eran miembros de la secta religiosa molokan, cuyo origen data de 1765, en Tambov, Rusia, y que, por ser disidentes de la iglesia ortodoxa rusa e ir en contra de las ordenanzas del zar, fueron constantemente perseguidos. Durante los conflictos políticos y sociales que culminaron con la caída del último zar de la dinastía Romanov, los molokanos se vieron obligados a abandonar su país en busca de libertad de cultos y de la exención del servicio militar. El grupo religioso inició así su peregrinación, llegando al continente americano por distintas rutas. Arribaron al Nuevo Mundo por puertos estadunidenses, culminando su viaje con el establecimiento de colonias en Los Ángeles, California y en Baja California. En el valle de Guadalupe se establecieron 104 familias que trataron de conservar el acervo cultural traído de la patria lejana. La colonización en Baja California por migrantes extranjeros es una de las etapas poco estudiadas de la historia regional. La ubicación estratégica de la península, y su cercanía con Estados Unidos, y en particular con California, estado que al transcurrir la segunda mitad del siglo xix recibió continuas oleadas de migrantes, condicionaron dicha colonización. El gobierno porfirista, con su política colonizadora, apoyó la expansión del capital estadunidense, permitiendo el poblamiento y desarrollo de las regiones deshabitadas del país, entre ellas la frontera norte.1 El 1º de diciembre de 1880 llegó al poder Manuel González, quien continuó con la misma política de Porfirio Díaz y promulgó la Ley de Colonización del 15 de diciembre de 1883, que autorizó contratos para el deslinde de baldíos a cambio de la tercera parte de la tierra deslindada.2 Pero no llegaron los ansiados colonos progresistas, sino que las tierras baldías fueron adquiridas por latifundistas –tanto mexicanos como estadunidenses–.3 Por tal motivo, a fines del siglo xix y principios del xx, gran parte de la península estaba concesionada a la Compañía Internacional de México, a la Compañía Mexicana de Tierras y Colonización Limitada –conocida en México como Compañía Inglesa– y a la Colorado River Land Company. También acogidos a la Ley de Colonización ya mencionada, se estableció en el valle de Guadalupe, en septiembre de 1905,4 un grupo de inmigrantes rusos que pertenecían a la secta religiosa molokan salida de Rusia con el cambio de siglo, que en 1906 formó la Empresa Rusa Colonizadora de la Baja California, Sociedad Cooperativa Limitada.5
Los orígenes de la secta religiosa molokan Durante el siglo x, se adoptó en Rusia como religión oficial la ortodoxa, ligada a la iglesia ortodoxa griega. En el siglo xvii, la iglesia ortodoxa rusa sufrió algunas reformas, debido al desacuerdo que existía en algunos aspectos con el ritual griego. Estas reformas no fueron aceptadas por los viejos creyentes, lo que trajo como consecuencia el surgimiento de algunas sectas religiosas como la de los dujobortsy y la de los molokanes.6 En la provincia de Tambov, en el año de 1765, Hilarion Pobirokhin fundó la religión de los dujobortsy. Simón Uklein, su yerno, no estuvo de acuerdo con algunos preceptos de este ritual y, por separado, fundó la secta religiosa molokan.7 Sobre el origen de la palabra molokan existen varias versiones: la más aceptada es que proviene de moloko, que significa “leche”, y es que la iglesia ortodoxa rusa no permitía ingerir alimentos lácteos durante ciertos días y, como una desobediencia a la iglesia oficial, los molokanes sí ingerían leche y sus derivados.8 Desde que se creó esta iglesia, sus seguidores fueron perseguidos por la iglesia ortodoxa y el gobierno zarista. En 1839, los molokanes, con anuencia del zar, se establecieron en algunas regiones como Siberia, Georgia y Crimea, logrando obtener la garantía del gobierno de que no prestarían servicio militar por 50 años.9 Pero durante las guerras sostenidas entre Turquía y Rusia, esta última ocupó varias regiones del Turquestán, y grupos de religiosos molokanes fueron introducidos a los territorios anexados, con la promesa de exentarlos diez años más del servicio militar.10 En 1904, la Rusia imperial libraba una guerra con Japón ocasionada por el expansionismo ruso en China;11 a esto se aunaban los movimientos sociales internos como la huelga de estudiantes y profesores de la Universidad de San Petesburgo de febrero de 1905, exigiendo reformas constitucionales. Mientras tanto, el zar Nicolás II, último gobernante de la dinastía Romanov, anunciaba que proclamaría una nueva Constitución en la que el pueblo ruso tendría una representación.12 Estos acontecimientos aceleraron la salida de la Rusia absolutista de algunos grupos de religiosos pertenecientes a la secta molokan. Los más ancianos nombraron a Phillip M. Shubin, Iván G. Samarin y a Feodor T. Butcheneff para que se encargaran de buscar tierras adonde emigrar. Insistieron ante el gobierno ruso para lograr la exención del servicio militar, la que les fue negada. A esto se sumaban las predicciones de un profeta llamado Klubnikin, quien desde 1852 tenía visiones de cómo los molokanes sufrirían penalidades, por lo que los líderes decidieron acelerar la salida de Rusia. Se evaluaron como prospectos algunos lugares de Estados Unidos y Canadá: Wisconsin, Milwaukee y California en el primero, y Manitoba y Ottawa, en el segundo.13 Para el año de 1900, los líderes molokanes ya habían explorado las mejores regiones y presentado su informe del viaje al Nuevo Mundo cuando, ante su insistencia por abandonar Rusia, Samarin fue encarcelado en la ciudad de Kars.14
La migración rusa hacia AméricaEn mayo de 1904, los principales líderes, Nicolás Agalsoff, Iván G. Samarin, Phillip M. Shubin y Feodor T. Butcheneff, después de soportar las mayores penurias, decidieron reunirse en el valle de Nuevo Michaelovsky, junto con todos los representantes de los valles que participarían en los viajes, como lo muestra la carta escrita por Paul Fataivich Kachirsky,15 que a continuación transcribimos:
El despertar del Espíritu Santo significó el inicio de un movimiento de Rusia a América. Comenzó en 1904; se anunció a los hermanos espirituales que habría una junta en el valle de Nuevo Michaelovsky y todos aceptaron la invitación con sentimiento de gozo. Cada valle mandó un anciano para saber cuando sería este movimiento. Un día domingo se juntaron. Los nombres de los ancianos que asistieron en representación de cada valle son los siguientes: El valle de Nuevo Michaelovsky: Alexander I. Abramoff y William Harry Pivovaroff; el valle de Pequeño Tukmo: John M. Buchnoff y Paul M. Lediaev; el valle de Cheahmaka (no me acuerdo de sus nombres); el valle de Milikoyoe: Nick J. Agalsoff y sus hijos Michael N. y Andrew N.; el valle de Nuevo Dybovkee: Phillip M. Shubin y Gregory J. Mohoff; el valle de Romonoffsky: Abraham H. Desatoff y John J. Shubin; el valle de Alishansky (no me acuerdo de sus nombres); el valle de Petrovsky: John H. Samarin y Paul J. Samaduroff; el valle de Karkala: nuestros hermanos espirituales en América. Arzuman J. O’Hanesian y Nick M. Purumian; el pueblo de Kars: John J. Humatoff y Afanesey T. Besayiff. La junta fue en el valle de Nuevo Michaelovsky, con la recomendación de la iglesia. Empezaron con una oración y ofrecieron alimentos, pidiendo orientación para el movimiento. Al terminar la oración, cuando todos estaban sentados a la mesa, los ancianos preguntaron a Michael N. y Andrew N. Agalsoff, quienes acababan de regresar de América, dónde estuvieron viviendo en los últimos tres o cuatro años. Ellos respondieron que casi todo ese tiempo habían estado viviendo en Los Ángeles, California. Enseguida los ancianos les preguntaron cómo eran las condiciones de vida en América y especialmente con respecto a la libertad de religión, pues ante todo lo importante era establecerse y empezar una nueva vida. Los hermanos Agalsoff respondían sí a todas las preguntas que les hicieron en ese momento. Esto fue antes de que empezaran a comer. Entonces el Espíritu Santo vino hacia el profeta G. J. Mohoff, quien tomó una toalla limpia que estaba colgada en la pared. La extendió sobre la mesa hasta que se hizo una carretera a América. “Por esto”, es lo que dijo el profeta. Después hizo una bandera y gritó: “Váyanse, váyanse al viaje distante, rumbo a la tierra del sur de América”. La congregación se paró de las mesas y Mohoff gritó: “Nadie se queda. Ni siquiera un alma. Todos iremos a este viaje, también los niños pequeños irán”. Salieron de la iglesia y empezaron a caminar, cantando: “Dame alas como el águila para volar sobre la distancia del mar”. Todos estaban en el espíritu. Cuando llegaron a la mitad del valle, Mohoff dijo: “Alto, esto ha llegado demasiado lejos”. Se detuvieron, regresaron a la iglesia y se sentaron de nuevo en las mesas. Los ancianos les preguntaron a los profetas, “¿Qué significa esto?” Un profeta puso el estandarte debajo de la mesa, otro lo empujó hacia la pared para que no se mirara. Los profetas no tuvieron tiempo de responder cuando rápido contestó Arzuman J. O’ Hanesian: “Ancianos yo puedo explicar lo que significa esconder el estandarte. Esto significa que ninguno de nosotros debemos hablar de esto, ni siquiera con nuestros vecinos. Tenemos que dejar a Babalom a bajo cubierto; esto quiere decir que callados y en secreto”. A este punto profetizó Arzuman: “Las primeras personas en dejar Pohot para América serán de este valle de Nuevo Michaelovsky”. Y así fue. Poco después de esto, nuestros hermanos sintieron en su corazón el deseo ardiente del viaje. Comenzaron a vender sus pertenencias por cualquier cosa que pudieran obtener en preparación de su viaje a América. El primer grupo que salió estaba formado por William Harry Pivovaroff y su familia. Steven Harry Pivovaroff, Peter George Efseaff, John Fataivich Kachirsky, Nick Alex Abramoff, Paul Fataivich Kachirsky y John John Rudametkin. Se juntaron y se sentaron en el tren. Salían hacia América por el lado Tiflis. En Tifiliswe pararon por un corto tiempo para esperar a algunos de nuestros hermanos espirituales del valle de Nuevo Michaelovsky. Ellos pidieron que esperáramos hasta que vendieran sus cosas. Nosotros estábamos de acuerdo en esperarlos, y en dos días estaban listos para irse con nosotros. Ellos eran William Paul Rogoff con su familia y Alex Phillip Kotoff y del valle de Voronsky, Afanasi Mark Zolnekoff y Mathew. Un buen grupo de nosotros salió; después se deshizo parte de nuestro grupo pues algunos no querían esperar a nuestros hermanos espirituales de Tiflis. Ellos siguieron adelante por el lado de abajo. Nosotros nos quedamos y esperamos. Cuando salimos, iniciamos afuera con una oración para recomendar bien a los miembros de la iglesia de Tiflis. Cuando terminamos de besarnos, el espíritu de Dios se posó sobre una de las mujeres. Ella alzó sus manos hacia el cielo y nos dijo que el Espíritu de Dios iba a darnos la bienvenida en Los Ángeles, América. Por la misericordia de Dios, nuestro viaje fue muy bueno. Pero los cuatro que se apartaron sufrieron demasiado. Todos juntos viajamos veinte días: salimos el 1º de mayo de 1904 y llegamos a Los Ángeles el 20 de mayo. Nos fuimos por Nueva York. Cuando llegamos a Los Ángeles comenzamos a recibir cartas y telegramas de Rusia en las que nos pedían que les ayudáramos. Ellos querían venir a América y esto fue lo que sucedió. Muchos de nosotros estábamos preocupados, especialmente William H. Pivovaroff. Todas las preocupaciones estaban puestas en él. Aquí en Los Ángeles encontramos a un hombre ruso, llamado Demensiff, quien nos ayudó muchísimo. Recogía a nuestros hermanos espirituales después de cruzar el mar a América y en las carreteras. Ayudaba con los movimientos del viaje y estaba dispuesto a esperar por su dinero, hasta que la gente comenzaba a salir adelante al trabajar. En este tiempo comenzó a venir grupo tras grupo. Con la ayuda de Dios, nosotros construimos nuestras vidas y pagamos a todos. Paul Fataivich Kachirsky
Los rusos molokanes migraron entre 1904 y 1911; arribaron al continente americano por el norte, el centro y el sur. Las rutas para salir de los puertos europeos rumbo a América fueron: Odesa-Marsella-Panamá; Bremen-Nueva York; Bremen-Galveston y Marsella-Panamá. Los migrantes cruzaban el istmo de Panamá en ferrocarril, ya que el canal se inauguró hasta 1914. Arribaban al puerto panameño de Ancón. Ya en el Pacífico, de allí zarpaban hacia San Francisco, California. Otra ruta, quizá la más difícil, era la que iba desde los puertos europeos a Argentina, llegando a la ciudad de Mendoza, después de cruzar la cordillera de los Andes, y de ahí a Chile, a Veracruz y a El Paso, Texas.16 Hubo también otros caminos: Batum-Odesa-Bremen-Boston; Batum-Odesa-Hamburgo-Baltimore-Galveston y Batum-Marsella-Panamá. Los barcos de vapor en los que se transportaron fueron: el San Juan, de la Pacific Mail Steamship Company, que salía de Ancón, Panamá y arribaba a San Francisco, California; en él se transportaron en 1905 los miembros de la familia Babishoff. Otro fue el barco de vapor New Port, que al igual que el San Juan era un barco estadunidense. La compañía alemana North German Lloyd Steamship contaba con una ruta que partía de Bremen, en Alemania, y arribaba a Galveston, Texas (eua); precisamente ésta fue la que hizo Timofey Basilich Babishoff, el 26 de mayo de 1906 (ver cuadro 1), quien vivió en La Misión y en el valle de Guadalupe.17
Cuadro 1. Lista de pasajeros del barco de vapor Chemnitz. Salida de Bremen, Alemania, el 3 de marzo de 1906, con arribo al puerto de Galveston, Texas, el 26 de mayo de 1906
Otro barco de vapor que salía de Bremen rumbo a Galveston fue el Cassel (ver cuadro 2).18 Los primeros migrantes rusos llegaron a Nueva York en 1904; de ahí viajaron a Los Ángeles, adonde poco a poco fueron llegando como si esa ciudad fuera el punto de reunión. Algunas familias molokanas se establecieron en el área de Los Ángeles, donde sus negocios se podían identificar por las terminaciones “in, off y eff”, que correspondían a las de sus apellidos.19 Sin embargo, muchos no estaban conformes con el ambiente de la ciudad californiana, pues la mayoría eran campesinos provenientes de las zonas rurales de Rusia.
Cuadro 2. Lista de pasajeros del barco de vapor Cassel. Salida de Bremen, Alemania, el 17 de noviembre de 1910, con arribo al puerto de Galveston, Texas, el 9 de diciembre de 1910
Poco tiempo después se enteraron de la venta de terrenos al sur de la frontera y, dirigidos por Basilio H. Pivovaroff, líder del grupo, y sin hablar inglés ni español, arribaron a Baja California para entablar pláticas encaminadas a lograr la compra de terrenos en el área rural de Ensenada. En 1905 llegaron los migrantes rusos al valle de Guadalupe; al año siguiente, en 1906, formaron la Empresa Rusa Colonizadora de la Baja California,20 cuyos representantes fueron Basilio Pivovaroff, Basilio Tolmasoff y Simón Babishoff, auxiliados por su asesor legal, Pablo Constantino Blumenthal, quienes, el 20 de julio de 1907, compraron a Donald Barker 13 000 acres de terreno por la cantidad de 48 000 dólares con un pago inicial de 5 700 dólares y 1 300 dólares más al mes siguiente. Los pagos subsecuentes se harían con las cosechas de cada año. Con esto no sólo adquirieron la tierra, sino también el ganado vacuno y caballar.21 Aunque el contrato de compraventa se firmó en 1907, las negociaciones existían desde 1905, según una nota del San Diego Union, del 5 de septiembre de ese año, que señala:
El contrato estipulaba que la relación se establecía con la Empresa Rusa Colonizadora de la Baja California, S. C. L.; sus representantes serían los encargados de pagar las contribuciones correspondientes. Una vez iniciado el deslinde, cada familia recibió algunas hectáreas para cultivo y un terreno para la construcción de su vivienda; un representante de la comunidad debía llevar el registro de las propiedades asignadas.23 Cada año, los colonos debían de sembrar 1 004 hectáreas de trigo, ya que era una de las condiciones asentadas en el documento de compraventa. Los hombres rusos se dieron a la tarea de organizarse para la siembra, iniciando el desarrollo económico de la colonia. Los terrenos cercanos al arroyo fueron aprovechados para el cultivo de hortalizas y árboles frutales. La venta de las cosechas de trigo les permitió adquirir artículos de primera necesidad, así como herramientas y maquinaria para la agricultura, ya que la economía de la colonia se basaba en el número de cosechas vendidas.
Vida cotidiana en la colonia rusaLos hombres trabajaban para su familia y daban cuenta de sus ganancias al padre o abuelo. Las mujeres se encargaban de la cría de gansos, patos, gallinas, vacas y borregos. Atendían el huerto donde cultivaban repollo, betabel, coliflor, zanahoria y pepino, alimentos básicos para sus comidas tradicionales como el borsch. Preparaban la lana de los borregos para elaborar cobijas y colchones, y las plumas de ganso para rellenar almohadas. El vestuario de la familia era elaborado en casa; las mujeres usaban un vestido largo y sobreblusa cubriendo su cabeza con tocados o kasinkas tejidas a mano; los hombres llevaban una camisa larga y pareja, llamada rubaja, y en la cintura usaban un cordón o pollis. Para las labores del campo usaban overol de mezclilla. La ceremonia del té o chai era una tradición muy arraigada; se elaboraba en el samovar, especie de hornilla de bronce, traído de Rusia por cada familia. Los pequeños eran adiestrados para el trabajo comunitario, la obediencia a sus mayores y el respeto a su religión. Las prácticas religiosas se llevaban a cabo todos los domingos en la sabraña –que significa “lugar donde se juntan”–, el espacio en donde oraban y cantaban. El culto en la religión molokan no requería de un sacerdote, cualquiera de los más ancianos podía oficiarlo. La sabraña es un recinto sencillo, sin imágenes, sólo con bancas, el estrado y la Biblia. Las casas tenían la entrada principal hacia el patio de atrás, donde había mayor movimiento, ya que ahí se encontraban el horno, el baño de vapor, los corrales y el granero. Cada casa tenía un sótano donde se guardaban los alimentos ya envasados. Para enterrar a sus muertos se vestían de blanco y les ofrecían un ritual en la sabraña, el cual incluía cantos y oraciones; todos los presentes debían estar vestidos de color blanco; la lápida era sencilla y escrita en ruso. Parte de estas tradiciones, como la elaboración de las comidas tradicionales y los ritos funerarios, se siguen practicando hoy en día por los descendientes de estos colonos rusos que aún viven en el lugar.
Conclusiones La migración rusa a Baja California y el establecimiento de la colonia duró un poco más de medio siglo, tiempo suficiente para lograr sus objetivos: un espacio donde cultivar la tierra, libertad para profesar su religión, transmitir a sus hijos su herencia cultural, la lengua, la gastronomía, la fiesta y, sobre todo, la cotidianeidad tradicional molokan. Desafortunadamente la colonia rusa del valle de Guadalupe sólo sobrevivió tres generaciones.
_________________________________________________ * Profesor por la Escuela Superior de Pedagogía, uabc. ** Licenciada en Ciencias de la Educación por la Escuela de Ciencias de la Educación, uabc.
Notas: 1 David Piñera Ramírez, Los orígenes de Ensenada y la política nacional de colonización, Tijuana, uabc, 1991, p. 11. 2 Josefina Zoraida Vázquez, Una historia de México. México, sep, Biblioteca para la actualización del maestro, 1995, p. 312. 3 Ibidem, p. 322. 4 San Diego Union, 5 de septiembre de 1905, p. 7. 5 Diario Oficial de la Federación de los Estados Unidos Mexicanos, tomo lxxxiii, martes 20 de marzo de 1906, núm. 17. 6 Therèse Adams Muranaka, “Los molokanos rusos de Baja California”, Estudios Fronterizos, año v, vol. 14, septiembre-diciembre 1987, pp. 128-129. 7 George W. Mohoff, The Russian Colony of Guadalupe, Molokans in Mexico, s.p.i., s.f., p. ix. 8 Véase Muranaka, op. cit., pp. 128-129. 9 Francisco Lisizin, Secta religiosa molokan y la colonia rusa del valle de Guadalupe, mecanoescrito, 1983, sin número de página. 10 José Alfredo Gómez Estrada, “El último refugio. Establecimiento, desarrollo y declinación de la colonia molokana del valle de Guadalupe”, Calafia , vol. 7, núm. 4, noviembre 1993, p. 29. 11 Wolfgang J. Mommsen, La época del imperialismo, Europa 1885-1918, México, Siglo xxi, 1989, p. 132. 12 Ibidem, p. 133. 13 Mohoff, op. cit., p. 7. 14 Ibidem. 15 Fataivich nació en Tiflis, Rusia; tiempo después se estableció en el valle de Guadalupe, precisamente en el primer lustro del siglo xx. En el año de 1944 quedó viudo y sus hijos se marcharon a California. Sintiéndose solo, dijo a sus amistades y parientes: “Para qué me quedo aquí si sólo voy a cuidar paredes”, por lo que se mudó a Los Ángeles, California. En la década de los años 40 escribió a sus descendientes una carta donde narra la migración rusa de 1904. Después de vivir sus últimos años en Los Ángeles, murió en 1967. Su carta es un documento de gran importancia para estudiar el fenómeno de la migración rusa en Baja California. Entrevista a Gabriel Kachirisky Kotoff, nieto de Paul Fataivich, realizada por José Luis González López y Bertha Paredes Acevedo, el 25 de junio de 2003, en valle de Guadalupe, Ensenada, Baja California. 16 Lisizin, op. cit. 17 William Abram Aldacushion, George William Mohoff y Mary Ann Abram Orloff (compiladores), The Descendants of Simion Simionich Babishoff, Family History Data, Los Ángeles, publicado y editado por George W. Mohoff, 1994, p. viii. 18 Ibidem. 19 John Sanford Dewey, The Colonia Rusa of Guadalupe Valley, Baja California: A Study of Settlement Competition and Change, tesis de Maestría en Geografía, California State University at Los Angeles, 1966, p. 33. 20 Mohoff, op. cit., p. 13. 21 Escritura de compraventa del rancho Guadalupe en Registro Público de la Propiedad de Baja California, partida núm. 176, tomo 7, sección primera, folio 185; un ejemplar en archivo particular de Gabriel Kachirisky Kotoff. 22 Mohoff, op. cit., p. 9. 23 Escritura de compraventa del rancho Guadalupe, ya citada. |