México, sus libros y la California mexicana1

 

Miguel León-Portilla*

 

México es tierra de libros. Se duda un poco de eso. Pero en México siempre hubo libros; desde los tiempos prehispánicos hubo unos códices maravillosos, libros que tenían pinturas y que mostraban escritura jeroglífica. Y aquí, en Baja California es cierto que no hubo códices, pero sí unas tablas que tenían los guamas, los sacerdotes, en las cuales estos señores marcaban una serie de signos. Hace algunos años me tocó que se entregara, de parte de la Sociedad de Historia de San Diego al Museo Universitario de Mexicali una de esas tablas.

México es tierra de libros porque fue el lugar donde se estableció en 1539 la primera imprenta en el continente americano y se imprimieron libros muy interesantes, de historia, de lingüística, del arte de navegar y de construir barcos, algo notable. Todo esto en el siglo xvi.

México es tierra de libros pero, por desgracia, hasta ahora no es tierra de lectores. Eso sí es triste, porque hay países que tienen menos tradición de libros pero tienen más lectores. Me alegra infinito que haya cada vez más ferias del libro. En la Ciudad de México están la feria del libro en el Palacio de Minería y la del Zócalo, y, en Guadalajara la más importante del continente, la fil, así como la de Monterrey. Pronto va a haber otra en Saltillo, y ahora hay una en Mexicali, en nuestra querida Baja California o California mexicana, como la llamo.

Quiero que éste sea mi mensaje, que México tiene que salir de sus problemas, de su subdesarrollo, por sí mismo, ¿o es que nuestro destino es sólo proporcionar  trabajo mal pagado? ¿Que estemos cruzando la línea para que nos paguen poco? ¿O trabajar nada más en maquiladoras? Los que nos contratan así nos pagan la décima parte de lo que le pagarían a sus connacionales. El destino de México no puede ser proporcionar trabajo mal pagado. Y la única  manera de que ese destino cambie es con la educación, con  la preparación, y en eso el libro es el instrumento mágico.

No soy de los que creen que se van a  acabar los libros. Está bien que existan las computadoras, el internet, todo lo que ustedes quieran, pero eso en el fondo es otro soporte complementario del libro. Me he acostado muchas veces acompañado de un libro para leerlo, pero nunca con una computadora, ¡no lo permita Dios!

Entonces, qué bueno que existe esta feria, que contribuirá grandemente para que los californianos mexicanos estén cada vez mejor preparados y que compitamos con los que están en el otro lado y no nos tengamos que ir allá; que permanezcamos en nuestra tierra, cada vez mejor, viviendo mejor, gozando de la gran biodiversidad que tenemos, de la  gran diversidad cultural y lingüística, ¡eso es una gran riqueza! 

 

El libro: soporte del pensamiento

El libro es un soporte del pensamiento, que sólo se activa cuando alguien lo lee. Si nadie lo hace pues  es un libro estéril; en cambio cuando alguien lo lee, entonces el libro adquiere significación en función de la conciencia de quien lo lee, de sus experiencias, de sus vivencias, de sus recuerdos y, si el lector lo vuelve a leer posteriormente no lo va a leer igual, sino de un modo distinto porque va a tener entonces otra situación anímica y probablemente lo leerá de manera diferente. Nadie puede leer dos veces idénticamente el mismo libro, ni hay dos lectores iguales del mismo libro. Es la maravilla. Entonces, el libro tiene una cantidad de polivalencias, ¡es polisémico, es maravilloso! Una vez di una conferencia a la asociación de  editores y libreros de México y les dije que  no creyeran que un libro es solamente un artículo que solamente está en venta, ¡no!, es el soporte del pensamiento que se activa tantas veces y de tantas formas  como lectores tiene.

 

La California Mexicana: revelación y atracción permanente

La California mexicana ha sido para mí una revelación y una atracción permanente, entre otras razones porque ha estado a punto de perderse varias veces para México. Nuestro vecino del norte ha tratado de apoderarse de ella como se apoderó de Texas, de Nuevo México y de la Alta California. Creo que, por fortuna, ese peligro no es inminente ¿por qué'? Porque ya está bastante poblada, sobre todo en la frontera.

¿Por qué otra razón me ha interesado? Porque es una región con una gran biodiversidad, tenemos una biodiversidad enorme aquí. Basta con ir a Cataviñá. Y allí se ven esos cirios maravillosos luchando, por así decir, con los cardones. Los cirios son árboles, tienen tronco alto y unas ramas muy pequeñas con unas hojas mínimas para conservar la humedad, y los ve uno como ejércitos. Tenemos una fauna y una flora únicas en el mundo.

Aquí han florecido culturas indígenas que son un ejemplo admirable de cómo el ser humano puede adaptarse a un medio hostil, sobrevivir y crear incluso arte. Allí están todos los grandes maestros pintores, los que hicieron las pinturas rupestres, que son centenares de sitios sobre todo en el centro de la península.

Y luego, su historia, que es fascinante. Toda la historia de la península, lo prehispánico, con los pericúes, que eran navegantes en balsas, y los guaycuras; después allá en el centro con los cochimíes, y al norte con los grupos yumanos peninsulares, de los que quedan unos pocos representantes: los kiliwas, los paipai, los kumiai, los cucapás. Ellos tienen todavía el sentido de creatividad. Conozco a un kiliwa que escribe, es escritor. Por otra parte la península comenzó a poblarse con europeos a partir del siglo xviii. Antes estuvieron los jesuitas, pero en esa época casi no había gente venida de fuera mas que ellos y una pequeña guarnición, pero pequeñísima, que no llegaba a quince soldados.

Con los proyectos del visitador José de Gálvez, después de la expulsión de los jesuitas que salieron  de aquí en 1768, empezó a llegar gente del macizo, procedente de Sinaloa, de Sonora y también de lugares como Jalisco y otros. En donde habían estado las misiones, en San José del Cabo, en Todos Santos, en La Paz, en Mulegé, en San Ignacio, en San Borja, en Santa Gertrudis, surgieron centros urbanos. El hoy estado de Baja California fue tardío en su población, realmente había muy poca población, creo que, en tiempo de la guerra con los Estados Unidos, en 1847, no habría más de 1 200 o 1 300 habitantes, o sea, nada. ¡Figúrese nada más! Después poco a poco se fue poblando, y creo que con el aprovechamiento de las aguas del Río Colorado, el Valle Imperial del otro lado y el valle de Mexicali de éste, empezaron a atraer inmigrantes.

El general Cárdenas se empeñó en poblar y unir la Baja California. Cuando entregó el poder presidencial a Manuel Ávila Camacho, su sucesor en 1940, Cárdenas le dejó una carta que se conserva y en la que le dice: “Tenemos que unir a Baja California por tierra, por aire y por mar, y tenemos que poblarla, porque si no, la vamos a perder”. Él había comenzado el ferrocarril Sonora-Baja California que tuvo que interrumpirse por la segunda Guerra Mundial, y fue Cárdenas mismo el que promovió la recuperación de las tierras del Río Colorado. Cárdenas tuvo otro papel muy importante en la segunda Guerra Mundial: fue comandante del Pacífico.

Hay un episodio famoso en el que el comandante norteamericano en la  línea, allá por Tijuana, le dijo al comandante mexicano: “Tenemos instrucciones de Wáshington de avanzar para poner bases en Baja California”, y el comandante, le contestó: “Pues yo no tengo instrucciones de México para dejarlos pasar, y éste es territorio mexicano”. Y los militares norteamericanos dijeron que de todas formas iban a pasar. Y el militar mexicano sólo dijo: “Bueno, pues pasen, pero yo tengo aquí un regimiento; pecho a tierra todos, probablemente resistiríamos media hora pero ustedes no pasan sin matarnos antes a todos”. Entonces al verlos tan decididos a defender a Baja California retrocedieron y no entraron. Si lo hubieran hecho ahora tendríamos bases como las que los Estados Unidos tienen, hasta la fecha, en Cuba, en Guantánamo. Por todas estas razones, tan fascinantes, me interesa mucho Baja California.

 

Baja California y su gran riqueza

Baja California tiene una gran riqueza biológica, su fauna y flora son de una gran biodiversidad. Hoy día sabemos, por una serie de estudios, que la biodiversidad suele dar lugar a una serie de diferencias culturales y en esta península lo vemos palpablemente. Conozco al profesor Armando Trasviña, sus abuelos eran ingleses y a lo mejor por lo de Trasviña eran portugueses. Mucha gente ha venido a Baja California: noruegos, ingleses o franceses como los de Santa Rosalía. Realmente eso ha sido extraordinario. Baja California es además una avanzada hacia el Océano Pacífico, lo que más se acerca hacia la  gran cuenca del Pacífico, sobre todo el Pacifico centro y sur, es como un brazo que penetra. Baja California tiene más de 3 000 kilómetros de costas, lo que muchísimos países de Europa no tienen, España y Francia tienen menos que eso, por eso es increíble su potencialidad.

Francisco Javier Clavijero, el ilustre veracruzano, autor de la Historia antigua de México y también de una historia de esta península, decía que aquí están las grandes minas marítimas del golfo de California, hoy amenazado seriamente por la contaminación. Este siglo pasado fue el siglo depredador, el destructor, el siglo del derroche, aterrador. ¿Por qué toda la humanidad, seis mil y pico de millones de personas, tiene que bañarse a diario y gastar tremenda cantidad de energía? Y no es que me oponga a bañarme, pero quiero decir que si toda la humanidad se baña diario, imagínese usted a seis mil doscientos millones haciendo lo mismo, la cantidad de energía y de agua que se derrocha. Nuestros vecinos del norte son el mejor ejemplo de deterioro, de destrucción, por eso no han querido firmar el protocolo de Kyoto. Se dice que hasta hace poco, Estados Unidos consumía más energía en un día que China en un año. Y vuelvo a decir que estratégicamente, geopolíticamente, geográficamente, desde el punto de vista de la fauna y la flora, en el sentido humano, la de la California mexicana es una riqueza pasmosa.

 

Mexicali: puerta de entrada

Mexicali tiene una significación enorme en la geografía y en la historia de México. Cuando se firmó el tratado de Guadalupe Hidalgo, el 2 de febrero de  1848, se establecieron los límites con Estados Unidos, pero no se quedaron contentos con la enorme tajada de más de la mitad de nuestro territorio, e inventaron que los linderos de Nuevo México no estaban claros. Dicen que le preguntaron al gran Alejandro Humboldt qué podía hacer México. Humboldt estaba ya muy viejo y dijo: “Darle gusto a los gringos porque si no les va a ir peor”. Y fue cuando se vino el Tratado de la Mesilla en 1853 con el que perdimos toda la parte al sur del río Gila.

Eso hizo que la comunicación de Sonora con Baja California se limitara a una franja muy estrecha de tierra y la entrada, después de salir del gran desierto de Altar, sea justamente el poblado de Los Algodones e,  inmediatamente después, Mexicali. En ese sentido es muy importante Mexicali, porque es la  puerta de entrada con el macizo continental, y es un lugar en el que afortunadamente, aprovechando las aguas del Río Colorado, ha prosperado la agricultura y el cultivo del algodón. La ciudad más septentrional de México, la que está más al norte, no es Tijuana sino Mexicali.

La ciudad capital de Baja California está más al norte porque la línea corre de la primera mojonera que está a equis millas al sur del puerto de San Diego y va a la confluencia del río Gila y del Río Colorado. Y por otra parte, el pueblo más al norte de México  es el de Los Algodones, y se llama Los Algodones porque allí empezó el cultivo del algodón, ¿pero saben que le querían poner a ese lugar Villa Guerrero?, y eso que ya hay un estado de Guerrero y muchos lugares que se llaman Guerrero. Creo que afortunadamente no se lo han cambiado, pero estuvo en un tris de que lo hicieran. Detesto a la gente que anda cambiando los nombres de lugar, porque borran la historia. Por ejemplo a Chalchicomula se lo cambiaron por el de Ciudad Serdán. Chalchicomula no quiere decir nada de mulas, quiere decir, donde hay yacimientos de jades, de chalchihuites, tiene un valor su nombre original. 

Mexicali es un centro estratégico, ha sido un centro que vincula a la península con el resto del país, y por fortuna no es una ciudad parásita, es una ciudad que tiene su razón de ser ¿por qué? Porque la gente ha venido aquí sobre todo a cultivar la tierra, en ese sentido no es un centro artificial. No digo que Tijuana sea artificial, pero Mexicali y Tijuana son completamente diferentes. Veo en Mexicali una gran pujanza. Mexicali significa para la península, sobre todo para la parte norte, la irradiación cultural, aquí está la matriz de la uabc y de aquí irradia a Tecate, a Tijuana, a Ensenada, entonces, esto debe ser cada vez más una metrópoli, una ciudad poblada por gente venida de los cuatro rumbos del mundo, muy pujante, puerta de entrada, maravillosa.

 

La defensa de nuestro patrimonio cultural

Los pueblos indígenas nos dan un ejemplo admirable de preservación cultural para oponerse a ese proceso ramplón que nos quiere clonar y hacernos globalizados a imagen y semejanza del poderoso. El poderoso nos quiere globalizar pero no para hacernos sus iguales, sino para tenernos debajo y que le sirvamos en los trabajos mal pagados que nos ofrece. Entonces, la cultura indígena es una raíz magnífica para oponernos a la globalización. Mi libro recién publicado Antigua y nueva palabra, antología de la literatura mesoamericana. De los tiempos  precolombinos hasta el presente, incluye lecturas de inscripciones de Palenque, de algunos textos del códice de Dresde, y otros textos que ya se escribieron con el alfabeto, cantares mexicanos, poemas, los  Chilam Balam de Yucatán y literatura colonial indígena. Sor Juana escribió en náhuatl, pues sabía náhuatl, y  tenemos el relato de la virgen de Guadalupe que he publicado, que se llama Tonantzin Guadalupe.

Es curioso que en la época independiente de México fue en la que menos se cultivaron las lenguas indígenas, porque los gobiernos republicanos creyeron equivocadamente que para crear la unidad nacional había que borrar las lenguas indígenas. Puedo citar a figuras como Justo Sierra con textos escalofriantes, y en los que dice que las lenguas indígenas son la barbarie. Pero, a partir de la Revolución Mexicana empezó la  revalorización de las lenguas indígenas, y ahora hay escritores en más de veinte lenguas. Tengo un seminario de cultura náhuatl en la unam desde hace muchos años, y a él concurren escritores, algunos muy reconocidos como Víctor de la Cruz  que es del istmo de Tehuantepec y quien sacó un doctorado en Historia, Natalio Hernández y Librado Silva Galeana, escritores muy reconocidos de lenguas nahuas. Son magníficos y todos esos textos están allí reunidos para goce y disfrute de nosotros, los mexicanos.

 

La historia de California más atractiva que muchas novelas

 La historia es “el coco” de  los estudiantes cuando el profesor es un mal maestro. Si nada más les da fechas y nombres, el pobre alumno queda aterrado. Pero cuando se hace como un relato, como un cuento, como una maravilla, entonces el estudiante queda fascinado. Una hija mía desde chica leía siempre a Julio Verne o a Emilio Salgari, los relatos de los viajes por los mares del Sur, estaba fascinada. Uno dentro de su conciencia va recreando eso. Entonces, la historia cuando es atractiva interesa muchísimo a la gente. Con frecuencia doy conferencias en El Colegio Nacional y concurren de 800 a 1 000 personas, y en el aula mayor caben sólo 500, pero luego se ponen circuitos cerrados de televisión en otras aulas. ¿Por qué va tanta gente, por qué? No les damos ningún diploma ni nada. Asisten, van, porque les atrae. El arte de presentar la historia es maravilloso. En el momento que se presenta como algo viviente ¿cómo no nos va interesar a nosotros acercarnos a eso?  A quien le gusta leer novelas, la historia de la California nuestra es más atractiva que muchas, muchas novelas.

 

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* Doctor en Historia por la unam, miembro de El Colegio Nacional, medalla “Belisario Domínguez” otorgada por el Senado de la República, ex director del Instituto de Investigaciones Históricas de la unam, ex embajador de México en la unesco, y entre sus múltiples reconocimientos Doctor Honoris Causa por la unam y por la uabc; e-mail: portilla@servidor.unam.mx

 

Nota:

 

1 Versión editada, autorizada por Miguel León-Portilla, de la entrevista realizada por Xóchitl Zambrano y Gabriel Trujillo Muñoz, publicada en Gaceta Universitaria, uabc, núm. 142, 7 de mayo de 2005, pp. 16-17.