Calafia se complace en estar nuevamente en las manos de sus lectores
para dar a conocer distintos aspectos de la región bajacaliforniana. En
esta ocasión incluye un tema relacionado con el sur de la península. En
estas páginas, W. Michael Mathes cuestiona el artículo “Dos relaciones
ficticias del tercer viaje de Ortega a California” del padre Ernest J.
Burrus, en donde este último señala a Francisco Ortega como falsificador,
deshonesto e incluso duda que haya realizado un tercer viaje por el
golfo de California.
El descubrimiento de oro en tierras
bajacalifonianas atrajo a miles de hombres a la región durante la
segunda mitad del siglo xix. Entre ellos, sobresale Edgar Wright. Por
fortuna, nuestra historiadora, Hilarie Heath, se encontró el diario de
este personaje, un aventurero que llevó un registro de sus vivencias en
el afan de probar suerte.
Por su parte, Antonio Padilla explora la historia sobre el litigio del
predio del Rancho Tijuana, a partir de 1829, en que Santiago Argüello
Moraga obtuvo la concesión de esos terrenos hasta 1889, en que tuvo fin
mediante un arreglo entre los descendientes. Muestra también dos
documentos invaluables como son el diseño de Ti-juan, de autor
desconocido, datado en 1827 y el de Melijó en 1833. Podríamos decir que
estamos ante los mapas “tatarabuelos” de los actuales, los cuales dan
cuenta de la orografía y ubicación donde se asentaría lo que años
después sería la ciudad de Tijuana.
En tanto que Gabriel Trujillo nos da a conocer la historia del primer
periódico mexicalense, La vanguardia. Publicado en Mexicali entre 1917 y
1920, el hallazgo de algunos de sus ejemplares entre los legajos del
archivo judicial de Ensenada, ubicado en el Instituto de Investigaciones
Históricas, permite considerarlo como una ventana que nos muestra a la
sociedad mexicalense de aquel tiempo. Este artículo es un analisis en el
que se toma en consideración el contexto político marcado por el general
Esteban Cantú y su relación con el director de La vanguardia, Héctor
González.
A su vez, Pablo Serrano Álvarez, en su trabajo “María Auxiliadora. El
sinarquismo en Baja California, 1940-1944”, relata el fracaso de un
movimiento católico surgido en Guanajuato en 1937 convertido después en
una movilización nacional de carácter oposicionista al régimen de la
revolución mexicana. Nos da a conocer los propósitos febriles de un
líder como Salvador Abascal, quien pretendía realizar una utopía
sinarquista en las tierras desérticas de Baja California Sur, a través
de la fundación de un pueblo que fuera modelo católico en lo social y lo
político.
En la historia reciente de las migraciones a tierras bajacalifornianas,
Leticia Viviana Santiago, utilizando el método de la historia oral, nos
da cuenta de las condiciones de vida y de trabajo, así como los sentires
de esos actores que han llegado al valle de Guadalupe, en el municipio
de Ensenada, a levantar las cosechas de los campos agrícolas que dan a
México y al mundo una de las mejores producciones vitivinícolas.
Antes de cerrar la revista, se ubican dos secciones relevantes:
La primera es una reseña elaborada por Aidé Grijalva para invitarnos a
leer el libro Humbolt, ciudadano universal, de Jaime Labastida.
La otra, titulada “Imágenes documentadas”, presenta dos expedientes que
se ubican en el archivo judicial de Ensenada. En esta ocasión, María de
Jesús Ruiz nos narra los procesos judicales que se fincaban a los
indígenas por abigeato, quienes al ver las reses en los ranchos se
apropiaban de ellas para compartirlas y comerlas junto con otros
miembros de sus comunidades.
Estas páginas invitan a explorar diversos momentos de la historia de
Baja California. Esperamos que el lector, además de enriquecer sus
conocimientos sobre esta región, también disfrute su lectura. |